El descenso del 90% en los ingresos por
visados desde 2007 hasta la fecha ha generado una situación de incertidumbre
económica importante y con poco margen de adaptación a la misma ya que la estructura
existente corresponde a épocas de mayor capacidad económica que hoy resultan
insoportables pero no disponemos de recursos para reducirlos gastos,
especialmente la deuda hipotecaria y los costes de personal. Por lo tanto debemos
hacer una gestión eficaz de nuestro patrimonio inmobiliario y artístico. Esto
nos permitirá tener la capacidad económica suficiente para que una vez
solventadas las deudas y reducido el personal al mínimo necesario para nuestro
funcionamiento trabajar cada año en EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO, solo se puede
gastar lo que podamos pagar en función de nuestros ingresos reales.
La repercusión económica sobre los
colegiados deberá ser la menor posible, distinguiendo entre aquellas cuotas
obligatorias de las voluntarias correspondientes a los servicios de pago. Se
debe bonificar las cuotas de los arquitectos recién colegiados en los primeros
años, e incluso crear la figura del futuro colegiado para aquellos estudiantes
de los últimos años de la carrera y futuros arquitectos. Pero también debemos
de reconocer el esfuerzo económico de los arquitectos de mayor antigüedad que
ya están en situación de jubilación pero que durante muchos años contribuyeron
al bien común y que no debemos abandonar o permitir que dejen el colegio porque
ya no pueden pagar la cuota.
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